Es
un dogma de fe que María Santísima fue llevada al cielo en cuerpo y alma,
Acontecimiento que celebramos el 15 de agosto
La Asunción de la Virgen María
Explicación
de la fiesta
La
Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar
el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado
la meta a la que nosotros caminamos.
Este
día, recordamos que María es una obra maravillosa de Dios. Concebida sin pecado
original, el cuerpo de María estuvo siempre libre de pecado. Era totalmente
pura. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado,
fue siempre un templo santo e inmaculado.
También,
tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre
María y cómo ella supo responder a éstas. Ella alcanzó la Gloria de Dios por la
vivencia de las virtudes. Se coronó con estas virtudes.
La
maternidad divina de María fue el mayor milagro y la fuente de su grandeza,
pero Dios no coronó a María por su sola la maternidad, sino por sus virtudes:
su caridad, su humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre, su perfecto
homenaje de adoración, amor, alabanza y agradecimiento.
María
cumplió perfectamente con la voluntad de Dios en su vida y eso es lo que la
llevó a llegar a la gloria de Dios.
En
la Tierra todos queremos llegar a Dios y en esto trabajamos todos los días.
Esta es nuestra esperanza. María ya ha alcanzado esto. Lo que ella ha alcanzado
nos anima a nosotros. Lo que ella posee nos sirve de esperanza.
María
tuvo una enorme confianza en Dios y su corazón lo tenía lleno de Dios.
Ella
es nuestra Madre del Cielo y está dispuesta a ayudarnos en todo lo que le
pidamos.
Un
poco de historia
El
Papa Pío XII definió como dogma de fe la Asunción de María al Cielo en cuerpo y
alma el 1 de noviembre de 1950.
La
fiesta de la Asunción es “la fiesta de María”, la más solemne de las fiestas
que la Iglesia celebra en su honor. Este día festejamos todos los misterios de
su vida.
Es
la celebración de su grandeza, de todos sus privilegios y virtudes, que también
se celebran por separado en otras fechas.
Este
día tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre,
María. ¡Qué bien supo Ella corresponder a éstas! Por eso, por su vivencia de
las virtudes, Ella alcanzó la gloria de Dios: se coronó por estas virtudes.
María
es una obra maravillosa de Dios: mujer sencilla y humilde, concebida sin pecado
original y, por tanto, creatura purísima. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo
nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado de
Dios.
En
la Tierra todos queremos llegar a Dios y por este fin trabajamos todos los
días, ya que ésa es nuestra esperanza. María ya lo ha alcanzado. Lo que ella ya
posee nos anima a nosotros a alcanzarlo también.
María
tuvo una enorme confianza en Dios, su corazón lo tenía lleno de Dios. Vivió con
una inmensa paz porque vivía en Dios, porque cumplió a la perfección con la
voluntad de Dios durante toda su vida. Y esto es lo que la llevó a gozar en la
gloria de Dios. Desde su Asunción al Cielo, Ella es nuestra Madre del Cielo.